miércoles, 18 de febrero de 2009

HABIDIS,GARGORIS Y ASTORGA.

“... Gárgoris, andaluz y rey de los curetes, patriarca del bosque tartésico donde los titanes se alzaron contra los dioses, amigo de las abejas e inventor del arte de recoger la miel, se emparejó con la más hermosa de sus hijas y de ella tuvo un varón que era el nieto del padre y hermano de la madre. A este prodigio le pusieron por nombre Habidis. Y cuando aún repetía el eco su primer vagido Gárgoris lo echó al monte para encubrir un acto que ya las gentes empezaban a llamar incesto y a considerar pecaminoso. Quería que las alimañas se cebaran en el niño, pero sucedió que se acercaron mansamente a él y hasta le dieron de beber. El rey hizo entonces ayunar a su jauría y, cuando ya los perros babeaban, les arrojó el cuerpo tierno de Habidis. Pero los lebreles, rodeándole, lo halagaron. Seguros servidores se hicieron a la mar con el recién nacido y lo abandonaron a mucha distancia de la costa. Pero las olas lo devolvieron sin encono y una cierva tuvo para él leche y premura de madre. Habidis bebió la ligereza en esos pechos y, ya adolescente, devastaba la región sin que nadie se atreviera a plantarle cara. Cayó al fin en una trampa y los campesinos lo llevaron ante Gárgoris, que primero cobró afición al muchacho y luego lo reconoció como nieto y único heredero de su reino. Habidis fue un monarca sabio, prudente, generoso y grande. Dio leyes al pueblo bárbaro, unció los bueyes a la reja y fundó la ciudad santa de Astorga, acaso el más antiguo enclave urbano de los que subsisten en la Península”.

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